sábado, 14 de noviembre de 2009

EL INQUIETO DE MI PADRE

Una de las cosas que mas me gusta de mi familia es lo bien que nos llevamos.
Mis padres son lo más cercano a dos amigos que han vivido juntos algunos años, los años que tengo de vida para ser más claros, tal vez no se amen con la misma pasión desbocada de antaño, pero se quieren, se estiman por decir menos y aprendí a verlos siempre así, nunca y eso debo reconocer, mi padre nunca le levantó la mano a mi madre por más que algunas veces ella se lo haya merecido en la más absurda de las situaciones quiero decir, estoy convencido que eso es la mejor herencia que me podría dejar cuando muera y acaso será la única.
Mi padre es alegre divertido y para completarla es músico, su coquetería lo a llevado a ser infiel más de una ves, no tomo partido por el o por ser un pendejo que quede claro eso, en algún tiempo estuvo perdidamente enamorado de Marilu una chica humilde simpática que a decir verdad tengo vagos recuerdos de ella ya que era muy chico, de lo poco que puedo recordar es que no era muy alta de tez clara con curvas y contorneado cuerpo que mi madre a su edad ya no podía competir con aquellas formas,
estuvo tan enamorado que por primera ves el compromiso o relación de mis padres estuvo por romperse pero mi padre se puso fuerte a lo que sentía por aquella chica y se alejo de ella para quedarse con su familia y con su esposa, con la mujer que había elegido hace años y que le aguantaba cada barrabasada, al menos eso es lo que él cuenta, mi humilde opinión es, creo que la chica lo boto por dejar que su madre en este caso mi abuela interfiriera en la relación clandestina que ellos llevaban, pero eso sólo lo sabe mi padre, claro que eso tampoco le digo, pero la verdad es que mi abuela enterada de las gracias de mi padre acudió a hacerle saber, de no tan buenas maneras que su comportamiento le estaba jodiendo la vida, un día de sorpresa llego con la espada desenvainada para asombro de mi padre.
-.madre-. saluda sorprendido mi padre acercándose tímido huraño a darle el beso de rigor en la cara roja de cólera que tenia la viejita.
-.¿como estas?, me cuentan que estas inquieto, e venido para saber como esta ese asunto-. Sin más demora le saco el tema, la viejita tenia esa típica mirada de molesta, con los ojos que parecían el centro de algún volcán borboteando lava hirviendo mientras que mi papa se ponía colorado.
-.¿yo?-. preguntaba sorprendido como si la preguntaba de la abuela no era para el, se frotaba las manos, cruzaba los brazos signo inconfundible de nerviosismo.
-.no… yo estoy tranquilo madre, no tengo nada-. Respondió escuetamente, en verdad no tenia nada que agregar a su favor, la abuela pidió que saliera mi madre de la sala y ella casi arrastras me saco de un brazo, la abuela quería quedarse a solas con el últimos de su hijos, EL INQUIETO, salimos y mi madre casi en llanto cerro la puerta tras ella, de verdad algo malo estaba pasando que a mi corta edad no entendía del todo, pero lo sabía de alguna manera o me daba cuenta por lo tenso que estaba el ambiente no lo se. Recuerdo solo cuchicheos tras la puerta, era evidente que mi abuela le gritaba en voz baja, aguantándose las ganas de vociferar sin remedio asta quedarse afónica, la voz de mi padre brillaba por su ausencia, lo retrataba con la cabeza gacha frotándose las manos sudadas, mirando de rato en rato el rostro de la abuela y bajando la mirada casi enseguida para no morir calcinado por los rayos ultra violeta que salían chispeantes desde los ojos de mi querida abuela, duro casi media hora los cuchicheos. Luego se abrió la puerta mi abuela mas tranquila, tenia el color normal en la cara con ligeras chapas rosadas en los cachetes pero seguía treja la viejita con ganas de que le suelten otro inquieto al ruedo.
Después de eso las cosas se arreglaron en casa, mis padres se amistaron, mi madre en una muestra de nobleza perdono a mi padre este comenzó a portar mucho mejor gracias más que nada al café cargado, fina cortesía de mi abuela, asta hoy el hombre esta tranquilo, pero igual no pondría mis manos al fuego por el, las perdería sin remedio resa un viejo refrán “gallina que come huevos ni así le cortes el pico" este refrán creo que lo identifica y lo pinta de cuerpo entero.
Mi familia no podrá desvincularse del todo de Chiclayo por una razón simple, los mejores años de nuestras vidas los vivimos aya es por eso que viajamos de cuando en cuando a ver a las amistades y volvemos sin remedio a los lugares donde la pasamos bien, pero en el caso de mi padre seria donde lo pasaba demasiado bien, es así que le todo hacer un viaje a la sierra asiendo escala en la siempre añorada Chiclayo y fue hay que sucumbiendo de nuevo al pecado, no se como pero se encontró de nuevo con Marilu ya una señora con 2 niñas y tal vez un esposo esa parte de la historia no lo se. Mi padre en un acto de confianza y sinceridad decide llamar a mi madre desde Chiclayo para ponerla al corriente de lo ocurrido y que había tenido un reunión con aquella señora muy amical y que no se preocupara por nada, que todo estaba bien y que confiara en el, como la palabra de mi padre esta devaluada y casi sin valor, la respuesta de mi madre fue totalmente contraria a la que el pensaba, así que luego de la llamada a mi madre, sonó mi celular era mi padre.
-.hola Pa que paso-. Pregunte totalmente ajeno al problema.
-. Bien … bueno no tan bien es que me encontré con Marilu y he llamado a tu mamá para contarle más que nada para que no piense cosas que no son-.
-. ¿Qué te as encontrado con quién?-. no entendía mucho lo que decía hace años que no escuchaba ese nombre y ya no me era familiar.
-. Marilu pues-. Mi padre cada ves que pronunciaba Marilu bajaba el tono de su voz haciéndolo poco audible como si no quisiera que yo entienda.
-.¿ Marilu?... Y quien es Marilu-. Yo seguía sin entender nada.
-. Marilu pues-. Una fracción de segundo se quedo quieto sin decir nada -. Marilu pues-. Con la que tuvimos el problema-. Y se escucho soltar el aire como si un gran peso dejara caer al piso desde sus hombros.
-.¿Marilu con la que tuvimos problemas?-. yo pensaba que tal vez era alguien a quien le debíamos plata o algo así.
-. No te hagas no me digas que no sabes quien es Marilu? -.
-. No me acuerdo-.
-. Marilu es con quien tuve un relación hace mucho tiempo-. Respondió
-. Ha esa Marilu, ¿y porque tenias que verla?-. pregunte un tanto preocupado.
-. Me la encontré y nada más-. Creía que minimizando el problema yo lo tomaría mas tranquilo.
-. ¿ y porque tenias que contarle eso a mi madre?-. era ridículo que por algo así, llame para malograr la vida de la gente en especial a ella.
-. Tu eres loco como vas a llamar para eso, a quien le importa con quien te encuentres en Chiclayo-. Respondí un poco molesto por la falta de sentido común que pueden tener la gente con respecto a ciertas cosas.
-. Si ya se que no debí, sólo lo hice por que tenia que ser sincero con tu mamá-.
-. Si huevón y que crees ¿que después de esto te van dar el premio nobel a la sinceridad?-. Yo más molesto, en verdad lo que no me gusta es que alguien salga lastimado por que alguien se le ocurrió ser sincero a estas alturas del partido-. Mira cuando vengas hablamos-. Terminé la conversación
-.ok-. apenas escuche
-. Cuídate, un beso-. Así se termino aquella conversación.
Al regreso se entablo una larga conversación entre los dos creadores de mi existencia, quedaron en que no había pasado nada y que la reunión con aquella señora había sido nada mas que un encuentro casual todo en el marco de cordialidad y la estima, claro esta que mi madre no le creyó ni una sola palabra. Y tenia razón, quedo demostrado que a hurtadillas mi padre seguía teniendo una relación telefónica con aquella señora chiclayana que al principio negaba y luego reconoció que si pero argumento que ella es la que la llamaba y el por ser un hombre con buenos modales no podía cortar y ni que pensar de colgarle el teléfono, asta este punto a mi madre la veo como más relajada, lo toma tranquila, creo que ya no le importa lo que haga mi señor padre, es por eso que lo deja, creo que lo jode solo por rutina, por no perder la costumbre.


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sábado, 7 de noviembre de 2009

CONOZCO A UN ESCRITOR

la primera ves que lo vi. estaba parado con las manos hacia atrás, el pelo cano se divisaba desde la otra acera contrariando a su poblado y negro bigote creo que el tinte no le alcanzo para la cabeza y decidió pintarse solo el bigote.
Yo sabia que era el, aguante el paso solo para mirarlo, mientras movía la cabeza de un lado a otro barriendo con la mirada toda la calle.
Entre sus pantalones de dormir arremangados y las medias marrones de polar se dejaba ver una franja de la pantorrilla con esa blanquísima piel, salpicada con unos cuantos viejos pelos que solo veían la luz escasos instantes, sus pies chiquitos perdidos en aquellas pantuflas de tela escocesa que es más que seguro que le pidió prestado a su esposa.
El ya tenia años de viejo y otros tantos de mal humor, sus manos inquietas y ágiles se paseaban de rato en rato por su cara acomodando el mostacho negro como Ebano mientras decía groserías y se mordía los bigotes. Se paseaba uno a dos pasos a la derecha y la misma cantidad al otro lado, de perfil se le notaba lo flaco que era lo terriblemente jorobado que estaba. el tiempo de fumador le dejo esa tosecita que se le escapaba cada cierto tiempo que cubría rápidamente con la manga de la chompa vieja que utilizaba para dormir aquella chompa con el cuello estirado desencajado pero no por eso perdía su autentico color blanco, sin ninguna pizca de percudido.

ahora a su lado después de presentarme lo observo aun más, es hiperactivo, habla sin medida camina muy rápido siempre con las manos atrás, camina ignorando por completo mi presencia es por eso que se adelanta barios metros. repentinamente se para observa el árbol frente a la puerta de su casa, le dedica cuatro lisuras más a los pájaros y argumenta que no lo dejan dormir mientras lo miro rezagado sin intención de seguirle el paso, se da la vuelta y sube los escalones asta llegar a la puerta de la casa, rebusca en los bolsillos hondos de su chompa y saca un llavero antiguo con llaves tan antiguas como el mismísimo viejo que lo más probable es que ya no abran ninguna puesta.

Abre la puerta se limpia las largas pantuflas en aquella alfombra que en letras grandes dice bienvenido aun que no todos lo sean como yo. Me mira casi con desprecio como si no fuera digno de limpiar mis trajinadas botas mal lustradas en aquella bienvenida tan irónica

tal vez no sea digno pero me invita a pasar de mala gana a la casa y antes de ingresar percibo o me da de lleno el aire encerrado de aquella casa, un aire viciado es una mezcal de cera, otro tanto de humedad y olor a perro no sabría distinguir por separados uno de aquellos olores pero era claramente un mezcla,
me siento en uno de aquellos muebles de cuero pasados hace años de moda, mientras vocifera al irse que vuelve en un instante.
Es una casa pequeña muy ordenada, tétrica pienso que sacando esas cortinas para que pace un poco la luz del día asta seria bonita, el piso brillaba como si recién le hubieran sacado lustre, como si alguna madrugadora empleada se hubiera esmerado en el brillo del parquet.
La pared de ladrillo descubierto barnizado, estaba tachonada de cuadros pequeños, grandes y dedicados casi en su totalidad al viejo, cuadros raros abstractos, sin forma definida, otros con pinceladas al azar, reconozco dos cuadros, uno que es portada de su obra sonata de los encuentros, un pequeño libro negro de cuentos, y otro cuadro chiquito de fecha veinte de abril del setentaitres,es una caricatura erguida de perfil con un exagerado bigote frondoso como si en ves de bigote tendría un perro pequines entre los dientes sin duda era el hostil anfitrión, seguía tratando de interpretar las figuras extrañas en los cuadros y una pequeña bola blanca de pelos hace su ingreso al salón era un perro ataviado de correas y un pequeño lazo granate, me causa gracia ver hay al pequeño animal poniéndole color a la sala, me sonrío y digo dentro de mi.
-. que perro para más rosquete -. muy rosquete pero también muy amable, cariñoso, me mueve la pequeña cola con gran afán como si estuviera alegre y dichoso de conocerme, como si con ese movimiento de cola me dijera que el siempre va estar hay para lo que yo quiera, me queda mirando se acerca decidido se frota en mis botas y se marcha con la misma alegría con la que apareció, al verlo desaparecer entre las patas del piano me observo detenidamente el instrumento musical elegante. también muy pulcro sin una mancha de polvo, con un enorme mantel de encaje como los que hacia mi abuela para poner en las mesas, sobre el mantel tres esculturas chinas y una mas chiquita de un regordete buda que se parece mucho a la gordita que me sirve el Chi jau cay algunos sábados en el chifa del chino leo.

Al otro lado del piano ahí una especie de estante de vidrio con mosaico, abarrotada de botellas en general de vino, algunas llenas, otras medio vacías y botellas solas que me supongo que conserva como recuerdo, ese recuerdo de que alguna ves estuvieron llenas. no puedo dejar de lado el estante lleno de libros que en toda una vida no podría leer, recetarios de cocina italiana, novelas, poemarios, la gran mayoría para mi autores desconocidos por mi poco interés por la lectura y otros que por cultura general lo tienes que saber, Borges, Gabriel García Marques, Vargas Llosa y muchos más, sigo con la vista la retahíla de libros de pasta dura.
En un compartimiento clara mente visible del estante, exactamente en medio inferior me detengo de lleno a contemplar entusiasmado la cantidad de discos que tiene en todo los géneros paseándose desde la música cubana, vieja trova con Buena vista social club y sus dos gardenias en la voz de Ibrahim Ferrer y Compay segundo, El Rey Elvis Presley no podía quedar fuera con it i can dream, asta Carlos Gardel entre sus títulos que leo rápidamente, Buenos aires querido, la cumparcita, adiós muchachos, caminito e innumerables títulos que seguro el viejo se debe de poner a escuchar acomodando sus huesos cansados y deformes en el viejo sofá con vino en una mano y un cigarrillo en la otra, añorando tiempos pasados. siento sus pasos acercándose a la sala y procuro acomodarme rápidamente en el sofá para que no me encuentre de chismosos en su estante. entra, mira al piso se frota el bigote se queda pensando y se mancha de nuevo y a mitad del camina grita preguntando mi nombre se lo doy y me llama por mi nombre para acompañarlo a su oficina, como siempre él adelante, todavía no se había cambiado no se que estuvo haciendo todo este tiempo, es probable que por su avanzada edad no se acuerde, abre una puerta negra como sus bigotes

Era una habitación pequeña con otro tanto de estantes llenos de más libros aun mas viejos, y cachivachería en general, en el escritorio más libros arrinconados para dar sitió a un cenicero repleto de colillas con un cigarro que humeaba aun prendido, la computadora encendida se veía un gran escrito, la curiosidad pudo mas y le pregunte que estaba haciendo arriesgándome a que me tire un poco de libros, - es un libro que estoy haciendo -. contesto orgulloso con una ligera sonrisa. - es un trabajo de años de investigación, averiguaciones que hice a trabes de unos amigos españoles -. se desplayo más -. sucede en la península Ibérica en la época de los visigodos -. e involuntarias las manos cobran vida y hacen mímicas en el aire a medida que cuenta la historia de su libro y de rato en rato se lleva el cigarro a la boca para echar una hondonada de humo a los pulmones que escapa luego mientras habla por la boca y la nariz, los dedos de la mano son flacos huesudos y justo los dos dedos con los cuales sujeta el cigarro son amarillos casi marrones encharolados de nicotina.

termina de contarme a breves rasgos la novela creyendo que me a convencido y jura que tan luego termine de escribirla voy a ir a la librería más cercana a gastar todos mis ahorros para comprarla yo solo me sonrío y pienso seriamente en dejar de escribir.

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EL ACOLITO

Mi abuela una señora respetable encantadora y criada en las más estrictas normas religiosas, bautizada de muy niña hizo su primera comunión, confirmada como a los 18 años por propia convicción en una muestra de seguimiento incondicional a dios desde ya admirable su presencia era infaltable los domingos en la misa de 10 de la mañana a las que yo la acompañaba por pura obligación y por el miedo que me castigue diosito por no ir a la misa. ese miedo que mi abuela acrecentaba cada ves que me portaba mal con ese YA VERAS SIGUETE PORTANDO MAL Y DIOCITO TE VA CASTIGAR, porque tendría que castigarme si no quería ir a a la misa pensaba, pero igual no importaba mucho lo que yo a mis 9 años pensara.
Los domingos mientras mis amigos se quedaban a dormir asta las 12 del día como tenía que ser yo tenia que levantarme temprano para ir a la misa de 10 de la mañana, así que a las 8 de la mañana tenia que estar perfectamente cambiado mi abuelo se encargaba de peinarme con raya el costado que tanto le gustaba, luego me tomaba la cara con las dos manos, me miraba si estaba bien alineadas las patillas y me decía QUE BUEN MOZO MI CHOLITO, que siempre me arrancaba una sonrisa o si no me decía QUE LINDO ME CHOLITO HABER DONDE ESTAN ESAS BOLITAS esas frases tontas que le hacen los tíos a los sobrinos para hacerles cosquillas, una ves peinado la comitiva en pleno que tenía que irse a la iglesia para escuchar misa y pedir por los demonios que se quedaban a dormir domingo por la mañana, tenia que estar tomando desayuno para ganara asiento adelante y también para que el cura nos pueda ver desde el púlpito y verifique que nuestra fe sigue inquebrantable o mejor dicho la fe de mis abuelos porque yo no entendía mucho, solo que si no les acompañaba me iba a castigar diosito.

Así pasaron años asta cumplir los 15, ya para ese entonces mi abuelo había muerto, mi abuela ya no iba mucho a la iglesia por que su salud no lo permitía pero en su representación me mandaba a mi, tenia la paciencia de pararse en al puerta de la casa que estaba casi enfrente de la iglesia para verme entrar a la casa del señor, tan linda ella. y para estar más segura de que entré a escuchar la misa del domingo les sonsacaba disimuladamente a las monjas que le llevaban la comunión a la casa con comentarios como.
- Disculpa madre mi nieto no a podido ir a misa este domingo pero el próximo lo mando-. disimula la mortificación que le causaba haberme perdido el sermón dominical del padre. pero las monjas desmentían de inmediato porque nunca faltaba
-. yo si lo he visto en la misa a su nieto-. dijo la monja
-, mira este bandido si el me dijo que no se iba a ir -. se justifico mi abuela alegre por corroborar su duda .
-. más bien, estamos por organizar un grupo juvenil haber si manda a su nieto para que sea integrante de esta nueva inquietud que tenemos las hermanas para organizar a la juventud -. dijo la monja informando de los grandiosos planes juveniles.
-. ni se diga más el se va de todas maneras madrecita-. desde su sillón; mi suerte estaba echada quería hacer de su nieto hombre de bien y si lo encaminaba por la senda de la religión tal vez asta se vería bendecida con un nieto cura consagrado a dios, y aguantado por dios.

Era un día domingo por la tarde, primer día del grupo juvenil, grata sorpresa había mucha gente entre chicas y chicos, amigos y conocidos, todos sentados en sillas perfecta mente alineadas pegadas a la pared formando una u, al frente una silla sola y en ella sentado el padre Silvino, un curita muy buena gente divertido y entusiasta, se levanto de la silla dio la bienvenida al grupo se persigno y comenzó un padre nuestro que seguimos de inmediato mientras miraba al curita de reojo para ver que es lo que hacia, al termino se sentó, nos contemplo y se sonrío.
-. que bueno que hayan venido bastante gente, eso quiere decir que hay mucha gente creyente -. hizo una pausa -. bueno ninguno de ustedes jóvenes sabe que haremos aquí y deben de estar intrigados ¿ verdad?-. hizo otra pausa cruzó la pierna, en ese momento entro Luz Elina una monjita de Tes. trigueña risueña y yo me preguntaba siempre, si esas caderas que le salían era por que se ajustaba mucho la correa o porque en verdad era dotada de caderas. el cura seguía hablando pero la sonrisa angelical de Luz Elina era de lejos más importante, ahora si estaba dando motivos para que me castigue diosito, teniendo pensamientos impuros con una de sus más lindas siervas.
-, la reunión de los domingos la van a tener conmigo y las reuniones de entre semana lo van a tener con la hermana Luz Elina aquí presente - fue lo único que alcance a escuchar. primera ves que estaba totalmente de acuerdo con el mandato del cura, es más quería agradecerle con un efusivo abraso de gratitud.

La primera reunión con la hermana Luz Elina la que tanto estaba esperando se dio un jueves por la noche, esa noche éramos 30 casi todos hombres.
-. bueno como primera reunión quiero que nos presentemos para tener más confianza -. salieron esas palabras como música de sus lindos y rosados labios.
Terminada las presentaciones innecesarias ya que todos nos conocíamos, explico algo que no le había tomado en cuenta al padre Silvino el domingo pasado.
El tema era de que el grupo tenia un fin de ser, estaban formando acólitos o monaguillos.
-.¡¿qué?!-. me sorprendí
-. los acólitos son los que acompañan al padre en las misas y su labor es de servirle el vino y tocar la pequeña campana que esta debajo del altar mayor-. explica la monjita con esa voz media ronca que me erizaba los pelos de los brazos, -. pero no cualquiera puede pararse hay con el padre, tienes que prepararse mucho y dejar q dios entre a su corazón-. siguió, eso quería decir que tal vez no me escoja.
-. tu abuelita va estar orgullosa si te viera con tu sotana junto al padre -. dice muy feliz la monjita y yo solo me imagina la vergüenza de salir en esa sotana que parecía el camisón de mi abuela que usaba para dormir.
mis hormonas me habían jugado un mala pasada al dejarme engatusar por los ojos y las caderas superdotadas de la monjita.
pero igual pensaba quedarme, estaba enamorado y tenia que hacerlo por mi amada sierva del señor, a mis 15 años estaba enamorado de una monja que bordeaba los 30 años aproximadamente el amor no entiende de edad ojala que mi abuela también lo comprenda de esa manera pensaba.

como yo no tenía ganas de ser acólito deje de asistir a algunas reunión, asta que se entero mi abuela por la propia boca de las hermanitas.
y ni abuela con todo el cariño del mundo.
-. ¿ porque carazos no te estas yendo a las reuniones de las hermanitas? ¿ ha?-. vocifero -, es que estoy en exámenes -. refute dando un paso disimulado hacía tras, poniéndome fuera del alcance de su bastón, la viejita era la mas amorosas de todas pero si no dejabas que te encamine por el camino del señor entonces ya tenias un problema, es por eso que no estaba de más tomar precauciones. así que regrese al grupo con el miedo de enamorarme sin remedio de Luz Elina, pero su sonrisa siempre era un buen pretexto para regresar.

misa de domingo por la noche, la novedad de aquella misa era que gracias a la enfermedad de uno de los acólitos titulares vi. realizarse mis mas feas pesadillas, tener que acolitar sin tener la mínima idea de como se hacía.
-. tienes que acolitar por que Juanito no a llegado seguro a empeorado su gripe-. Luz Elina con voz despreocupada confiando totalmente de mis destrezas acolítales siempre era tan fácil las cosas si salían de su boca que traviesamente quería besas.
-. pero yo nunca...
-. si pero tu estas presente todos los domingos en la misa y ya sabes lo que hacen los acólitos verdad-.
-. si pe pero...
-. no te preocupes que todo te va ir bien yo voy a rogar a Jesús par eso -.
-. también ruegue para que UD me hagas caso -. pensé hipnotizado y perdido en el negro de sus ojos.
-. OK madre si UD me lo pide no hay problema-. le dije perdiendo la mirada en el techo para que no se diera cuenta de lo encendida que estaba mi cara por el pensamiento impuro.

¿La sotana de Juanito era muy grande? o es que así se tenia que llevar arrastrado como cola de novia. me preguntaba.
-. esa no es la sotana que tienes que llevar -. el padre Silvino sonriendo acababa de entrara por la puerta de la sacristía -.
-. ¿ porque no puedo ponerme esta si todas son iguales-. respondí intrigado.
-. es que esa sotana es mía-. respondió con una sonrisa el cura. recién sabía por que no me quedaba ese vestido sin gracia. rápidamente me saque la sotana del padre mientras me ponía aun mas rojo, la vergüenza estaba echa solo quedaba que el cura no delate mis ridículas fachas. y si me delataba me lo tendría ganado por haberme besado con Margot en su oficina ese día que me mandó a traer los instrumentos musicales que guardaba ahí, cada ves que recuerdo ese momento me preocupaba aun más, eso si debe de ser un pecado gravísimo haberme revolcado en su escritorio con Margot con esa muchacha alocada que ahora que me doy cuenta tal vez ni le gustaba y solo se entretenía conmigo, pero ese pecadito culposo nunca saldría de mi boca en el confesionario,

Me procuré ahora una sotana más pequeña y salí de la sacristía apurado detrás del cura y mucho más atrás de pedro el otro acolito, un silencio total por el pasadizo no había nadie solo OTTO el perro rottweiler que cuidaba el patio de la iglesia y se veía por los ventanales en forma de orco acurrucado en su cama, el cura se llevo las manos pegadas al pecho como si hiciera una oración e inclino la cabeza un poco, pedro imito el mismo ademán y me supuse que así tenia que ser, dar la imagen de súbditos creyentes, puros de pecado santificados por la mismísima mano del señor, el cura se paro de lleno se dio la vuelta nos miro.
-. muchachos ustedes pueden, no se pongan nerviosos la gente que esta hay no son monstruos son como nosotros creyentes del señor-. nos alentó como si se tratara de un partidito de bulbito acaso no se daba cuenta que era mi primera ves y que no se lo que tenia que hacer lo único que me consolaba era que Luz Elina me viera y por fin se diera cuenta que lo hacia por ella y que yo estaba profundamente enamorado de ella.
el padre se dio la vuelta nos dio la espalda y con paso decidido entro en la iglesia al ver al padre entrar, la bancas crujieron por todas partes toda la gente estaba parada, yo no savia si tenia que levantar la mano para saludar a la muchedumbre como si fuera un rockstar y tuve la sensatez antes de hacer cualquier movimiento ver q hacia pedro, el paso sin inmutarse con el rostro serio sereno como si no le importaba la decena de ojos fijos sobre nosotros, el padre se acomodo en el centro a la izquierda de el pedro y a la derecha yo siempre de reojo mirando que hace pedro para seguirlo, comenzó la misa todo normal sin mayor dificultad asta me sentía un espectador privilegiado, el problema se dio cuando al cura levanto una ostia enorme y después tenia que tomarse el vino de rigor para asentar el cuerpo de cristo que se acababa de comer en forma de ostia, es hay donde tenia que entrar a tallar yo, que a decir verdad no lo sabia si no fuera por los señas y muecas de la primera banca donde estaba la madre superiora y el coro.
-. el vino-. el padre Silvino disimuladamente susurro, comprendí recién de que se trataba.
el vino estaba en una pequeña fuente terminado la mesa del altar mayor en unos pequeños frascos de cristal relucientes, eso lo había visto hace tiempo y le fui alcanzando uno por uno asta saciar su sed al curita alcohólico.
estaba muy nervioso, me olvide de mi amor Luz Elina, solo miraba a la madre superiora con ganas de volverse asesina conmigo me descontrole también me olvide de mirar a pedro, ahora estaba mirando lo que hacía el cura y sin pensarlo seguía todos sus movimientos, me persignaba cuando no tenia, me arrodillaba cunado no debía no sabía que es lo hacia, sudaba frió cuando la madre superiora me miraba se retorcía en su asiento bramaba, no se despeinaba por que tenia que guardar las composturas, creo haber visto que por sus orejas salía un hilito de humo, estaba desesperada deseaba que termine la misa de una buena ves y excomulgarme.
-.que la paz sea con ustedes-. con esas palabras finalizo la misa el curita.
-. y con su espíritu-. la gente a una sola voz, en seguida se sentaron y chillaron las bancas otra ves. algunos estiraban las piernas relajando las articulaciones y otros casi felices por el fin de la misa, yo era uno de ellos.
el cura beso la mesa se arrodillo, hizo una oración, se paro giro el cuerpo se puso de frente a la puerta por donde entramos y sin avisar emprendió la marcha de salida pedro siguió mecánicamente al mismo paso y yo también seguí pero mucho más retrasado malogrando la uniformidad del paso, uno a uno traspasamos la puerta.
recorrimos de nuevo el pasadizo asta llegar a la sacristía, la madre superiora ya estaba ahí, saludo al cura a pedro.
-. usted no sirve para ser acolito-. me dijo frunciendo la boca y el gesto de enojo salio a relucir.


un saludo para la gente que lee este tonto blog solo me queda agradecer

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